Las grasas ¿Son buenas para mi hijo?
Las grasas son el grupo de alimentos más olvidado a la hora de elegir qué vamos a comer.
Por Martha Beauregard, Nutrióloga Pediatra.
En la Decada de los 60’s la industria alimentaria inicio una enorme campaña en su contra, reflejando una imagen errónea de este nutrimento esencial en la alimentación de tu hijo.
“¿Es cierto que las grasas elevan el colesterol en la sangre?”, -«¿Provocan enfermedades cardiacas?”-, -“Tienen muchas calorías, eso es malo ¿no?-.
Estas son solo algunas las dudas más escuchadas cuando hablamos de las grasas en el consultorio.
Las grasas: mitos y realidades
Los lípidos, mejor conocidos como grasas son la principal fuente de energía en los niños pequeños, al ser el grupo de alimentos con más calorías por gramo. ¿Pero, tener muchas calorías es malo? ¡No! Las calorías son necesarias para que nuestro cuerpo funcione adecuadamente y en los niños son particularmente importantes para crecer, además de aportar energía, las grasas aportan vitaminas A, D, E y K, así como ácidos grasos omega 3 y 6 esenciales para la salud, crecimiento y desarrollo de los niños.
-¿Y qué pasa con el colesterol y enfermedad cardiaca?-
En este caso no podemos hablar de todas las grasas por igual. La realidad es que las grasas de origen vegetal y algunas de origen animal como el aguacate, aceite de oliva, frutos secos y pescados ayudan a disminuir los niveles de colesterol y a prevenir enfermedad cardiaca, además de tener un papel muy importante en el neurodesarrollo de los niños.
Grasas buenas, tus aliadas
Comer la cantidad suficiente de calorías en las etapas críticas de crecimiento es indispensable para lograr el máximo potencial de estatura. Sin embargo, una preocupación frecuente de los padres es que los niños no comen lo suficiente, que aceptan una pequeña cantidad de comida o que su apetito es cambiante, teniendo un efecto negativo en su crecimiento.
Es aquí donde las grasas salvan el día, ya que en una cantidad muy pequeña aportan muchas calorías, vitaminas y omega 3 y 6. Algo tan simple como agregar una cucharadita de aceite de oliva en su pan o su ensalada, o 1 cucharada de crema de almendras en su fruta, es más que suficiente para incrementar en 70% la cantidad de energía por cada bocado, nada mal ¿eh?
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Sólo asegúrate de elegir buenas fuentes de grasas. Aquí algunos ejemplos:
– Aguacate
– Aceite de oliva
– Aceite de maíz
– Aceite de aguacate
– Aceite de canola
– Nueces
– Almendras
– Avellanas
– Cacahuates
– Pistaches
– Semillas de girasol
– Pescado
– Aceitunas
Así que piérde el miedo a las grasas e inclúyelas en la alimentación diaria de tus pequeños.
Fuentes: 1. Koletzko, B., et al. Pediatric Nutrition in Practice. 2ª ed. Karger, 2015 2. Harvard Health Publishing. The truth about fats: the good, the bad, and the in-between. 2018
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